Nuestro amigo Nacho no sólo
salió en bolas en Playboy, sino que también hubo un tiempo en que usaba pantalones y se dedicaba a predicar ideales políticos antiimperialistas. También esa etapa de armas tomar fue bien cubierta por la prensa extranjera.
Profundicé mi investigación y descubrí una edición de la prestigiosa revista estadounidense Time, en la que nuestro talentoso mediocampista anuncia su intención de traer la revolución socialista a Uruguay.
Fuentes que consulté me dijeron que ese plan fracasó por la conocida amistad de Nacho con un tristemente célebre empresario multimedio y multijuicio de nuestro país.
Pero no abandonó sus convicciones y ahora se comenta por lo bajo que puede ser el sucesor oculto de Fidel.